domingo, 5 de mayo de 2013

El tiempo contigo nunca es suficiente.

A veces el tiempo contigo no es suficiente, por tanto me veo obligada a hacerte escrito, soñarte lejos. Tener el valor suficiente para poder intentar recordarte tal y como eres, y creeme que mi imaginación no te hace justicia. Porque se me olvida algún lunar o alguna peca, y ese ya no eres tú. A veces el tiempo contigo es insuficiente, y verte despertar solo una mañana no me basta. Porque luego antes de despertar, me gusta imaginarte a mi lado, como cuando te despiertas, y siempre me falta algun olor o algun gesto. A veces el tiempo a tu lado se me queda corto, porque antes de dormir me gusta pensar que te tengo detras agarrándome. Y es difícil acordarse de la fuerza exacta con la que me coges y de la postura exacta que encuentras antes de dormirte. A veces el tiempo contigo no me basta, porque te quiero a ti, al lado mia y yo sola no puedo conseguir imaginarte tal y como eres. Por tanto me veo obligada a hacerte escrito, soñarte lejos, echarte de menos.

martes, 19 de marzo de 2013

Recluida en mi paraíso de lunares.

El tiempo es una mierda, las lluvias y las horas. Momentos privados como perros relamiéndonos me sobran a ratos. Jugamos partidas de póker a picas jodiendo corazones, y yo no se jugar. Piensa mucho, pero muy poco en mi. Ponte mucho, pero muy poco de mi. Las cosas están así, en las calles con los graffittis del barrio, en mi casa en mis noches de necesidad y ausencia. Así es como te pinto todos los días del año. Así es como el juego empieza por perderte y esconderme. Así es como me las apaño en este mundo con el cuello retozando mierda. Me he guardado diamante de sangre debajo de la piel. Princesas recluidas en sus paraísos de lunares, ni Romeo ni Julieta. Capuleto o Montesco, o el alma dividida. Al final da igual acaban todos muertos. Lágrimas y sonrisas, el dolor para quien de veras lo precisa. La vida un cigarro, una copa, tal vez un beso, tal vez un polvo, un hasta luego. 

jueves, 8 de noviembre de 2012

Que aunque sea invierno tengo tu calor.

El momento clave de tu vida es cuando conoces a esa persona, y cómo de sopetón un día te levantas, sabiendo que estás jodida hasta el cuello, y que de repente te da jodidamente igual. Porque ya no quieres ser más tú, ni si quiera crees que merece la pena intentarlo, si no eres tú en su mundo. Y como autodidácticamente aprendes que las noches son una soberana mierda cuando no tienes a quien coger y que lo primero que haces al levantarte, por este orden es: buscarle, y seguidamente mirar el móvil por si acaso queda algún mensaje aún sin leer que te alegre la mañana, o con la esperanza de poder alegrársela a esa persona. Así que ya ves, ni tan tuya ni tan mía, ni de nadie, aunque quizás siempre un poquito mía y demasiado tuya. Porque la vida es así, yo te lo dejo todo, confiando que no me rompas por dentro, que de lo de fuera ya me ocupo yo. No tengo la más mínima esperanza en eso que llaman salvación del alma, no la quiero, ni la debo, porque no es mía. Tú ya me has salvado.

Entonces digo, que es ese momento en la vida, cuando te das cuenta, para bien o para mal, que estás jodidamente enganchada en esa persona, y que da igual cuantas veces caigas en el camino, porque siempre va a estar levantándote con una sonrisa y con un "que patosa eres". Porque el mejor momento del día es cuando vuelve a casa y me llega el mensaje de "Hola guapetona, ya estoy :)".

Lo peor es que para colmo, no me dejas otra elección más que seguir queriéndote un poquito más, como cada vez que me levanto y te veo, o cada cosa que me escribes, o las pelis a medias que vemos. Y es que así es imposible quitarse el mono que me entra cada día de verte para darte un beso aunque fuese.

Y lo mejor de todo, es que me encanta que todo esto me pase.

lunes, 22 de octubre de 2012

La medida del amor, es amor sin medida.

Así que aquí estoy. Como una completa idiota, muriéndome por verte otra vez, aun que sea solo un ratito. Y para que mi espera sea un poco más leve, me pongo a leerme tu carta, otra vez. Así que aquí estoy, no sé cuantas veces la he leído ya, muchas, pero siempre acabo echando una lagrimilla. Ya sabes que lloro mucho, aun que nunca delante tuya. No sé, no sé devolvértela, llevo intentándolo desde que me la diste, me he puesto aquí al menos siete veces, pero todo lo que escribo nunca me parece lo suficientemente bueno para ti.

Me he dado cuenta, todas las noches, de que me levanto buscando algo, bueno a alguien, a quién no tengo al lado. No es que lo haga aposta ¿Eh? Es que estás incluso en mi subconsciente. Eres mi sueño en la fase REM. Incluso a veces me descubro a mi misma enfrente de un libro, sin saber que leo, y pensando cuando será la próxima vez que te vea. Si, soy una enamorada, una enchochada, o como te guste más llamarlo. No me importa, yo estoy muy feliz así, incluso pensándote sin querer.

Tengo un trozo de esparadrapo con una flor en un tablón, que quiera o no, acabo mirando todos los días. Y que quiera o no, acaba sacándome la sonrisa, todos los días. Eso, y todos los buenos días que te dedicas a ponerme cuando te levantas de madrugada y sabes que me levanto temprano. Eso, y todas las veces que me dices te quiero al día. O tu manera de reírte por teléfono cuando te llamo. O tus "Mar.... Tengo sueño.." de cada noche, cuando estás ya que te caes, pero los dos sabemos que no queremos irnos a dormir, para poder hablar un poquito más. Ya no hay nada comparable en el mundo, nada, a ti. Y a todas esas cosas que te dedicas a hacer o a hacerme.

Y que yo solo quería remarcarte un poquito más, lo mucho que te quiero.



viernes, 12 de octubre de 2012

Fue bonito, por lo menos mientras duró.

Todavía no tengo muy claro que estoy buscando en esta vida, por eso he cogido cuarenta mapas, así me aseguro de no volver a perderme. A veces echo de menos eso de hace unos cuantos años, cuando todo era mucho más sencillo, aquel verano tan cojonudo, que tan lejos queda ahora. Aquella sonrisa que me dedicabas todos los días y ahora ya ni me saludas. Aquellas promesas que juramos no romper, por las cuales ahora arderemos en el infierno. Somos pecadoras, de perdernos, de alejarnos, de dejarnos pasar. Y es triste, es triste que pierda a lo que un día fue lo mejor que tuve. Pero es. Y el tiempo no arregla las heridas, pero un bote de anestesia calma y a veces un gelocatil consigue quitarme el dolor de cabeza.

Ahora ya es muy tarde para todas nosotras, para ti. Es tarde incluso para mi, la última tonta empedernida de siempre, perdida, como siempre. Así soy yo, tal y como siempre. Lo bueno, es que ahora si nos cruzamos podemos sonréir y saludarnos, y pensar que fue bonito lo que tuvimos. Y seguir hacia delante, porque quizás algún día caiga un café y por fin tengamos algo que contarnos.

Yo estoy bien, hace tiempo que estoy bien. Aun que hay días que os echo de menos, como hoy. Supongo que es normal, que a veces os acordaréis de mi, y también me echaréis de menos, o por lo menos, lo que fuimos. Pero no pasa nada, sabéis que siempre tengo un huequito aquí, para vosotras, para lo que fuimos, para todas, ya sabéis que lo nuestro resulto no ser para siempre, pero al menos nos tuvimos como nadie.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Los días sin ti, serían precipicios.

No sé que tiene, de verdad que no lo sé. Tampoco se a que  juega, pero me ha robado el corazón. Me limito a sonreír y a mirarle mientras me besa. A decirle que no sería nada sin él. Que le echo de menos si no lo tengo al lado y que me muero por oír su voz. Y si me coge, que no me suelte, que me hace reír aun que este hecha polvo y él ni se de cuenta. Los esquemas me los rompe todos los días. Me paga viajes de ida y vuelta a la luna. Qué las noches se hacen más largas si no está conmigo,y me desquicia pasarme la vida pensando el tiempo que he perdido. Consigue que se me pare el corazón si me llama princesa y cortarme la respiración si dice que no me deja. Y que de verdad que no sé lo que tiene, que hace que le quiera tanto, bueno sí que lo sé, pero es indescriptible. Me vuelve loca, no sé como lo consigue, esa es su magia. No me canso, que no.

Así que alégrate, lo has conseguido, los días sin ti, serían precipicios,
no hay manera  humana de escapar.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Pequeña de las dudas infinitas.


Te haces tan pequeña en los corazones ajenos, ocupas tantos sueños perdidos. Y mis dudas, mis inseguridades, las he dejado de lado con toda la comida. El menú del día eres tú.
 El mundo es tan diferente, ahora encajan las calles, ahora el mapa se completa con infinitas cordilleras, con ríos que desembocan en playas de arena. Me se de memoria el camino de regreso a casa, esta vez contigo. Cuando me esperas en la cama. Cuando dices que la almohada está congelada, y entonces vienes a calentarme las sábanas. Y me levantas cosiéndome a besos la espalda, dejando una marca casi imperceptible en la superficie, demasiado profunda pero invisible.
Los segundos de soledad se han agotado, de aquella época solo quedan suelas muy mal gastadas. Y recuerdos que puedo ir barriendo y quemando. La vida es demasiado corta para lamentarse eternamente u odiar a gente que simplemente, nunca ha estado. 
Ahora en cambio, paso mi tiempo soñándote como nadie te ha soñado nunca. De esa manera tan especial que solo yo sé. Supongo que ahora que las sumas, ya no restan, y que vuelvo a sentir como una persona. Estoy dispuesta a todo, por ti. Que las  noches oscuras y los monstruos de debajo de la cama me dan lo mismo. Solo te pido, que me remiendes si me ves algún pedacito fuera de lugar. Y que de vez en cuando vuelvas, las noches frías a calentarme las sábanas.
Vengo a decirte lo mismo, que tantas veces te he dicho..