lunes, 22 de octubre de 2012

La medida del amor, es amor sin medida.

Así que aquí estoy. Como una completa idiota, muriéndome por verte otra vez, aun que sea solo un ratito. Y para que mi espera sea un poco más leve, me pongo a leerme tu carta, otra vez. Así que aquí estoy, no sé cuantas veces la he leído ya, muchas, pero siempre acabo echando una lagrimilla. Ya sabes que lloro mucho, aun que nunca delante tuya. No sé, no sé devolvértela, llevo intentándolo desde que me la diste, me he puesto aquí al menos siete veces, pero todo lo que escribo nunca me parece lo suficientemente bueno para ti.

Me he dado cuenta, todas las noches, de que me levanto buscando algo, bueno a alguien, a quién no tengo al lado. No es que lo haga aposta ¿Eh? Es que estás incluso en mi subconsciente. Eres mi sueño en la fase REM. Incluso a veces me descubro a mi misma enfrente de un libro, sin saber que leo, y pensando cuando será la próxima vez que te vea. Si, soy una enamorada, una enchochada, o como te guste más llamarlo. No me importa, yo estoy muy feliz así, incluso pensándote sin querer.

Tengo un trozo de esparadrapo con una flor en un tablón, que quiera o no, acabo mirando todos los días. Y que quiera o no, acaba sacándome la sonrisa, todos los días. Eso, y todos los buenos días que te dedicas a ponerme cuando te levantas de madrugada y sabes que me levanto temprano. Eso, y todas las veces que me dices te quiero al día. O tu manera de reírte por teléfono cuando te llamo. O tus "Mar.... Tengo sueño.." de cada noche, cuando estás ya que te caes, pero los dos sabemos que no queremos irnos a dormir, para poder hablar un poquito más. Ya no hay nada comparable en el mundo, nada, a ti. Y a todas esas cosas que te dedicas a hacer o a hacerme.

Y que yo solo quería remarcarte un poquito más, lo mucho que te quiero.



No hay comentarios:

Publicar un comentario