Que no me preocupe... ¿¡Pero cómo no me voy a preocupar!? Ya lo sé, yo tengo que dejar que el vaivén de la marea me borre las penas, las angustias y mi profunda preocupación por ti. No sé, creo que seguimos obstinados, resignados, como si aún estuviéramos aguantando la segunda bomba nuclear. Pero ya lo sabes, si te vas será mi tercera guerra mundial personal.