No me hace falta hacerme la fuerte, si aguanto es porque puedo, cada vez tengo menos miedos. No tengo miedo a fallar, ni tampoco a que me fallen. Tampoco temo perderme ya, de echo creo que a veces me gusta. No soy una farsante, no sonrío ahora porque sí, lo hago con ganas. Igual que si me tengo que derrumbar, me caigo y lloro, no me importa llorar, ni si quiera delante de la gente. ¿Sabes por qué? Porque tengo claro que yo sola voy a tirar adelante.