sábado, 18 de febrero de 2012

Propongo ser quien ponga el aire.

Quiero que me lo des todo, que no te quede ni un 1% en el cuerpo que no me pertenezca.
¿Desaparecer? ¿Qué es eso?
No vas a desaparecer, te lo prometo, pero lo quiero todo, todo-todo y más.
Quiero ese último suspiro, en el último momento de placer. Quiero que ese suspiro lleve mi nombre escrito.
Quiero todos tus buenos días y te prometo que comparto contigo todas las buenas noches.
No lo entiendes, lo sé, lo sé.
Pero lo quiero todo, incluso tu ignoracia rotunda, tus malos ratos o tus gritos. Todo.
Bendita ignoracia, la tuya.
"Y al respirar, propongo ser quién ponga el aire..."

domingo, 12 de febrero de 2012

Pensando en líneas curvas o rectas.

Que ganas de sentirte cerca tenía, pero no lo entendías. No es que venga a reprocharte nada ahora, que va, yo ya no tengo ninguna intención ahora, por lo menos no contigo. Es solo que a veces me acuerdo de tí, como supongo que tú tambien de mí. Que tontería, no creo que te acuerdes. Ese es el problema, que nunca lo entendiste, supongo que ahora tampoco. Creo que también influyó la falta de tiempo libre, de paseos interminables por playas y orillas de cuerpos ya conocidos, no culpo a la arena de tu piel, no es eso, por lo menos ahora ya no es eso. El paisaje de montaña rocosa o los ríos indescriptibles que me dabas por besos. Las carreteras infinitas que conducían tus dedos cuando me rozabas. El desierto prolongado de tu espalda... No te culpo, el problema fue que nunca lo entendiste, nunca supimos leer mapas. No te preocupes, yo ya estoy aprendiendo.