Siempre me tengo a mí.

Que te vas. Y yo lo sé,

no sé si muy lento o más rápido de lo que quiero.
Te vas, como se van todos, como se fueron, como se irán.
Pero estate tranquilo, no me quedo sola.

No me dí cuenta de como se iba el tiempo.

Y la vida es mucho más que una casa, un trabajo estable y tener tres hijos. Es más que todas esas conjeturas de la bolsa, siempre arriba y luego abajo. Más que los partidos políticos en parlamentos mundiales, decidiendo leyes e imponiendo justicia. Y las personas son mucho más que un cachito de carne, con vida y pululando por ahí. No quiero que pienses que la vida se limita de esa forma tan cruel. Generalmente la vida llega a mucho más y de tal manera que es indescriptible en palabras. Diría más bien, que es como un baile, con miles de personas que van al compás de su corazón, porque no existe la música. ¿Y sabes qué?... Me encantó bailar contigo.

El valiente solo muere una vez.

Malgastastes todos los minutos que fui capaz de regalarte, casi despreciándome. Luego, hicistes que quisiera vivir en un eterno Domingo a las 7 de la tarde, repitiéndome una y otra vez "mañana me levanto". Pero no me dejastes levantar cabeza, no me dejastes llegar a donde quería. Ya sabes que me ha costado mucho, pero aquí sigo. Vivo en un Domingo a las 7 de la tarde repitiéndome una y otra vez "mañana seguro es un buen día". Porque soy de esas de las que saben muy bien de dónde vengo, y de sobrá a dónde se dirigen. Al final he aprendido que da igual cuántas personas se crucen en tu camino, el resultado siempre va a ser, seguir andando. Y que no importa cuántas veces te hagan polvo, porque es como montar en bicicleta una vez que te levantas, nunca se te olvida como volver a hacerlo. Yo no malgasto mi vida, ni los minutos que ahora, me regalo a mí misma.