lunes, 17 de septiembre de 2012

Pequeña de las dudas infinitas.


Te haces tan pequeña en los corazones ajenos, ocupas tantos sueños perdidos. Y mis dudas, mis inseguridades, las he dejado de lado con toda la comida. El menú del día eres tú.
 El mundo es tan diferente, ahora encajan las calles, ahora el mapa se completa con infinitas cordilleras, con ríos que desembocan en playas de arena. Me se de memoria el camino de regreso a casa, esta vez contigo. Cuando me esperas en la cama. Cuando dices que la almohada está congelada, y entonces vienes a calentarme las sábanas. Y me levantas cosiéndome a besos la espalda, dejando una marca casi imperceptible en la superficie, demasiado profunda pero invisible.
Los segundos de soledad se han agotado, de aquella época solo quedan suelas muy mal gastadas. Y recuerdos que puedo ir barriendo y quemando. La vida es demasiado corta para lamentarse eternamente u odiar a gente que simplemente, nunca ha estado. 
Ahora en cambio, paso mi tiempo soñándote como nadie te ha soñado nunca. De esa manera tan especial que solo yo sé. Supongo que ahora que las sumas, ya no restan, y que vuelvo a sentir como una persona. Estoy dispuesta a todo, por ti. Que las  noches oscuras y los monstruos de debajo de la cama me dan lo mismo. Solo te pido, que me remiendes si me ves algún pedacito fuera de lugar. Y que de vez en cuando vuelvas, las noches frías a calentarme las sábanas.
Vengo a decirte lo mismo, que tantas veces te he dicho..