miércoles, 25 de julio de 2012

Hay cosas que es mejor guardarlas.

Ojala mi vida fuera como una postal de una ciudad bonita. Y que la noche tape el orgullo que te esta comiendo el alma y el miedo de perderte de la mía. Que las luces de los coches solo enfoquen lo que deberíamos saber y ver, así de simple. Porque no soy capaz de perdonarte e igualmente incapaz de despedirme. Cuantas cosas me voy a quedar sin decirte y cuantos marrones me voy a comer sola por tu culpa. Te quiero demasiado para hacerte eso, a pesar de que a veces pareces un cabrón sin sentimientos. No imaginas hasta donde llega el alcance del daño que has provocado y nunca seré yo la que te lo diga,

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