Como olvidar cada atardecer bajo su piel, cada anochecer entre su ombligo. Recuerdos vagos, que rondan las tardes de verano, llenando huecos con el frío invierno. Un año ya, de todo, de toda mi vida. Un puto año, se dice lejos pero se siente pronto. Un año que perdí a veces incluso, mi propio nombre.
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