martes, 8 de marzo de 2011


Somos capaces de perder la cabeza por muchas cosas, pero, de lo que voy a hablar hoy, no es nada de eso. No, porque perdemos la cabeza, es un hecho, repetidas veces, por distintos motivos, o tropezando (como en mi caso) con la misma piedra. Pero no, no vengo a hablaros de como puede o no puede uno perder o no perder la cabeza, y por qué. Hablo, de después.. ¿Sirve para algo perderla? ¿Esperas que eso cambie las cosas? ¿Qué pretendes con eso? No ceso de preguntarmelo después de hacer algún acto estúpido, supongo que la mayoría de las veces no sirve para nada, no cambia nada y que la pretesión, no es otra, de que las dos primeras preguntas sean afirmativas.. lo que me lleva a decir, que si perdemos la cabeza, en realidad es porqué estamos esperando una respuesta del mundo. Y no es bueno esperar algo, de nadie.

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