martes, 25 de enero de 2011

e.e

Era un suponer que se conviritió en realidad. Y los miedos que me entran por las noches en las pesadillas que van escritas con tu nombre, dejarán de ser simplemente sueños. Y mi corazón, laterá sangrante... Si no me aguanto más mañanas, porfavor no digas nada. Dejame morir, que el tiempo mate, lo que la soledad me deja. Reduciendome a cenizas, como los besos.. Con el alma en blanco, la mente en negro, y la esperanza gris. Quiero que me dejen sin sentimientos.

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